miércoles, 9 de enero de 2008

La empatia en la escuela


La empatía es un fenómeno que está presente en el micro mundo escolar como un componente insoslayable de los procesos educativos y sociales que se generan en su interior. Quizás sea este el elemento más importante en “el dejar huella” en nuestros educandos. Es este, que distinto a la simpatía nos permite caminar juntos desde una perspectiva fraterna, adentrarnos el uno en el otro sin la voluntad de hacernos iguales, sino que en nuestras diferencias entendernos como miembros de un mismo mundo; humanizarnos. "Empatía es la que hace a los hombres humanos. Esta arde como una pequeña llama en cada vida humana. Si echamos más leña a su fuego, la empatía iluminara con una luz mucho más clara. Sin combustible esta llama se ira extinguiendo y amenazará apagarse".. (Utbildningsradions program "Små Barns Empati", Öhman 1996).

Empatía

La empatía nos ofrece la valiosa posibilidad de conocernos, de comprender y valorar nuestro cotidiano vivir, de darle sentido a nuestras acciones educativas, visualizando al alumno no como objeto, receptor de contenidos, sino como sujeto activo, parte nuestra, con el cual nos sentimos comprometidos y somos capaces de percibir, también su compromiso hacia nosotros “enseñar a partir del amor”.

Diversas disciplinas han abordado esta temática y han procurado definiciones para entender y estudiar los elementos que la componen. Piaget define la empatía como la habilidad cognitiva que permite tomar la perspectiva del otro, de entender su mundo, otros autores asignan a este elemento un componente emocional o afectivo, que involucra una reacción emocional; Hoffman sostiene que “Desde el nacimiento el infante es capaz de experimentar un estado de aflicción personal en respuesta a la aflicción de otros”; Para Arturo Barreira Marín “la empatía es un freno natural contra el egoísmo y la destructividad. Es una especie de eco humano y una fuente de nutrición psíquica”; Para Kohult la empatía es un concepto más importante que el cariño cuando de refiera a contacto entre personas.

Dada sus características “la empatía”, juega un rol de primera importancia en la acción educativa, pues contribuye de manera importante al logro de los objetivos académicos, pero sobre todo es actuante fundamental en el desarrollo de las relaciones sociales.

Importante es entonces que, asumiendo la importancia de la “empatía” en las relaciones humanas tratemos de entender desde los zapatos del otro las diversas situaciones cotidianas, ese otro que puede ser nuestro amigo, nuestro alumno, nuestro profesor, nuestros padres. Sólo así mejoraremos nuestras convivencias y haremos un de este mundo un mundo más fraterno.

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Curriculum oculto

“Curriculum Oculto” , hace referencia al conjunto de fenómenos que están implícitos en el sistema educativo y que actúan paralelamente en el sistema escolar. Este término se oficializa a partir de las investigaciones etnográficas realizadas por el pedagogo estadounidense Philip W. Jackson. Su trabajo estuvo principalmente centrado, según se menciona en el estudio de Cisterna, “en el estudio del curriculum como factor básico de la socialización que los centros escolares llevan a cabo en el proceso de transmisión del conocimiento escolar.


Por ello, todo su análisis se articula, entre otros aspectos, en los siguientes propósitos: describir estos procesos, determinar su profundidad para cada escolar y para el conjunto de la comunidad estudiantil, establecer las relaciones de poder y jerarquía que surgen y se expresan en el contexto tanto del aula como del patio de la escuela, señalar los diferentes tipos de relaciones que se establecen con los maestros, tanto en el ámbito formal como informal, e indicar la pautas y caminos de adaptación del escolar a la vida social.”

Existe un buen número de trabajos que han establecido como centro el diálogo docente – alumno como parte importante de los procesos educativos. Ejemplo de ello son los estudios de Flanders y Stubbs que consideran necesario “un análisis conceptual adecuado de lo que ocurre en el lenguaje el aula” en el que plantean importantes preguntas respecto a ¿qué conocimiento se trasmite de profesores alumnos?, ¿Cómo se relacionan estilos de enseñanza, lenguaje y contexto?, En definitiva a ¿cómo se producen las relaciones sociales en la escuela, más allá de la formalidad propia de la asignatura y sus contenidos. Es menester, entonces, asumir que hoy día la educación no sólo hace referencia a los contenidos a enseñar, sino y de manera importante al tipo de relaciones que se dan entre los distintos actores del proceso.

Eisner y Vallance, citados por Cisterna Cabrera, caracterizan al recontruccionismo social” en las siguientes ideas “El énfasis se articula en el rol de la educación y en el contenido del curriculum dentro del amplio contexto social, que favorece las necesidades sociales por sobre las necesidades individuales; los objetivos de la educación deben dirigirse hacia la experiencia total de los educandos, donde el curriculum está diseñado para atender a las realidades sociales inmediatas de la comunidad escolar. Es un enfoque que recoge los valores sociales y no niega la discusión política sobre la realidad que rodea la escuela”. De este modo, la escuela no sólo transmitiría contenidos, sino también procesos socializadores, a través de los cuales se transmiten valores, hábitos, conductas, creencias, etc. de ahí la importancia de que el tema sea estudiado, principalmente por las implicancias que tiene tanto en el ámbito personal como social.

De este modo, educadores, Padres y alumnos hemos coincidir en que la escuela no es sólo el lugar donde se aprenden o enseñan los contenidos propios de cada disciplina, sino también donde se adquieren las formas de entender y participar en el mundo.
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HIPERTEXTO...y Adan comio del fruto

...Y ADÁN COMIÓ DEL FRUTO

El inicio de este viaje, sin duda ha de llevarnos a los hombres cavernarios, que tras un largo proceso lograron habituarse en su medio ambiente y establecer un rudimentario dominio sobre su entorno. Es aquí donde los sonidos guturales y gestos pasan a ser el medio a través del cual, estos primeros clanes, se comunican de acuerdo a sus necesidades y a lo que le permitían sus potenciales físicos y mentales.

Simultáneamente y conforme se retiraban los hielos glaciales. Se produjo una oleada de nuevos hombres que desarrollados en un distinto espacio geográfico, poseían también distintas apariencias físicas y habilidades mentales. El hombre Cro – magnon, que viene a ser nuestra ascendencia directa en la escala evolutiva, podían, dentro de otras características, habituarse a nuevos escenarios geográficos y posiblemente, es también el posible origen de la palabra. Estos dos primeros ejemplos nos sirven para entender que el medio ambiente, es uno de los condicionantes principales para el desarrollo humano.

Por casualidad, o quizás por auténtica intención, es en esta época el momento en que nacen los signos como representaciones de ideas. Ideas que tienen que ver con la visión que, suponemos, tenían sobre si mismo y sobre el medio. Ahí quedaron inmortalizadas, sus costumbres, sus formas de proveerse el alimento, su entorno, su interacción social, los roles, etc. Es también el primer intento por librarse de las limitaciones del lenguaje oral.

Afianzada la comunicación, se afianzaron también los distintos dialectos que en su cada vez mayor sofisticación dieron origen a los idiomas los que ya, no sólo abarcaron al clan inmediato, sino que trascendieron a estos. De aquí al gran salto, el signo ideográfico, la idea hecha signo. Y con ello la posibilidad de trascender y de inmortalizar.

Es justamente sobre esta base, la comunicación, que se funda y desarrolla la comunidad. En este sentido, es posible ligar el comunicar al acto de sobrevivencia y, a partir de ello, establecer su génesis en el mismo instante donde nace el género humano. Primero es el instinto que da los medios para comunicar la necesidad de cobijo y alimentos. Después serán los gestos y el lenguaje propio de cada comunidad. Es aquí donde la palabra se transforma en signos, en símbolos, cada uno con su significado que adquirirán las significancias correspondientes de acuerdo a las asociaciones que los receptores hagan en función del emisor, del mensaje y del medio comunitario en que se inserta.

Sin lugar a dudas, esta materialización de la comunicación, a través de códigos y signos, está intrínsicamente ligada a las distintas exigencias y necesidades del ser humano. Pues no olvidemos que el ser humano, es un ser social, pues necesita del otro para poder asegurar su propia subsistencia.

Es menester aclarar que este nuevo saber, fue privilegio por muchos años, sólo de aquellos que se encontraban en la escala superior jerárquica, en manos de los escribas y/o sacerdotes. Las grandes mayorías continuaron utilizando la tradición oral como único medio de comunicación.

Con el alfabeto se produce una de las transformaciones más importantes. Los símbolos ya no representan ideas, sino que sonidos, que en si mismos no representan nada, pero que sumados y organizados como palabras, permiten la generación de conceptos y de construcciones literarias de mayor complejidad.

La masificación derivada de la integración del papel y de la invención de la imprenta, va a ser el hito más importante dentro del desarrollo cultural, social y político en toda la historia posterior. Es ahora el papel y la palabra escrita, quien dirigirá los destinos de la humanidad. La gran historia, se construirá entonces a partir de documentos. Los escribas darán paso a un sinnúmero de oficios y profesiones derivadas de este nuevo medio. La política, las artes, la educación, las comunicaciones, etc., tendrán un impulso nunca antes conocido.

Y así, mientras muchos creían que todo estaba dicho, que Adán ya se había devorado el fruto y saciado su hambre. Aparece, en la segunda mitad del siglo XX, aquel medio que siempre se consideró como propio de la ciencia ficción. Aquel que hacía posible la comunicación instantánea. Aquel que, vino a cuestionar el concepto de tiempo y espacio y que, en materia de comunicaciones, resumía todo el desarrollo de la humanidad concentrándolos en un en un mismo sitio. El que en definitiva, tal como lo señala Castells, iba a diluir todo lo sólido, provocando una revolución a nivel mundial, generando una nueva cultura, un nuevo y desconocido imperio, el imperio de Internet.

Esta nueva época, también trajo consigo una nueva forma de comunicar y de transmitir la información. Es aquí donde, entre otros, nace el Hipertexto. Las posibilidades que presenta este recurso, el poder centrar y descentrar datos, de sortear la secuencialidad propia del libro, de abrir paso a lo exploratorio, de acceder instantáneamente a bloques escritos, sonoros y visuales, otorgan a este recurso posibilidades inconmensurables.

Estas particularidades han incorporado un nuevo modelo de comunicación que, a diferencia del libro, ahora es el lector quien participa de la construcción del texto, pudiendo modificarlo y confrontarlo con múltiples autores y temáticas en atención a sus propias necesidades.

Esta colectivización de la información, ha llevado a la creación de diálogos y escritos con posibilidades combinatorias infinitas, ya que los usuarios no sólo navegan, sino que también construyen, organizan y reorganizan la información a la cual han accedido. Así mismo, la ausencia del elemento físico material como resultante del esfuerzo intelectual ha puesto en una complicada situación los derechos asociados a las autorías de los autores y sus obras, las cuales también han sido depositadas, en esta licuadora que a decir de Castells “todo lo diluye y lo transforma en un elemento más del flujo intelectual que navega a través de la Red”.

Visto así, es importante aclarar que el hipertexto por su estructura, su génesis y sus consecuencias, en ningún caso, puede asociarse a una forma de reemplazar al libro. Tal como tampoco lo fue la fotografía frente a la pintura. El hipertexto es una forma original, distinta y específica, propia del ciberespacio y de la interactividad producida por el uso de las nuevas tecnologías, cuyo fundamento principal radica en el descubrimiento y aplicación a la comunicación del soporte electrónico.

Importante es señalar, que estas particularidades también han redundado, en una nueva situación para el autor y el lector, los que, ha diferencia del libro, donde están claramente definidos los roles que cada uno desarrolla frente a la obra, en el caso del Hipertexto las funciones a desarrollar se diluyen, sobre todo en lo referido al control sobre el discurso y la autoría.

Dable es hacer mención a la diferencia de estructura del hipertexto respecto del libro. En el caso del texto escrito, la secuencialidad es establecida por el autor quien determina y guía al lector a partir de la linealidad de la obra. En el caso del Hipertexto es el lector- constructor, quien en definitiva, define el camino a seguir, como así mismo, los elementos partícipes de este constructo. Se convierte así en un cliente privilegiado en este gran hipermercado de la información, que se asocia al autor o los autores en la realización del producto final en directa relación con sus propias inquietudes y necesidades.

Esta facultad de acceder a una mayor cantidad de información, también implica riesgos que dicen relación con el desarrollo de las capacidades de procesarla y transformarla en conocimiento. Por ello es importante asumir que es menester la preparación de los estudiantes en todas las otras áreas en especial en la alfabetización para la lectura.

Enfrentados a esta realidad los sistemas educativos no sólo se han visto enfrentados al resolver respecto del uso de las nuevas tecnologías, sino que también a la necesidad de dar respuesta al nuevo tipo de sociedad en la cual se inserta.

A lo largo de la historia, cada sociedad, ha preparado a sus miembros de acuerdo a las visiones en las cuales se fundamenta su cultura. Para ello, a utilizado diversas formas en directa relación con los recursos disponibles, las tecnologías desarrolladas y los fines que como sociedad se ha propuesto.

Hoy caminamos en inciertos, sobre una realidad virtual que se confunde con la realidad material. En un tipo de sociedad que a decir de Habermas “apunta a una línea evolutiva que se perfila bajo el suave dominio de la ciencia y la técnica como ideología”. Hoy no son los grandes relatos los que nos unen, ni son las columnas filosóficas y religiosas, donde se construyó toda nuestra historia. Hoy lo central es la pregunta y la duda, situación propia del nacimiento de una nueva época.

Este “golpe de estado informático” del que habla Paolo Virgilio, ha suplantado las realidades donde se cimentaba nuestra cultura. Los nuevos conceptos llevan en si, nuevas formas de entender y comprender la idea de espacio y tiempo, generando también con ello, nuevas formas de organización y entendimiento de la cultura y la sociedad. La nueva realidad ha originado fuertes cambios en todos los ámbitos del quehacer humano. Las nuevas tecnologías de información y comunicación, han fundado un estadio nunca antes visto.

Como consecuencia de ello, los centros educativos, docentes y estudiantes se han visto empujados a un aprendizaje de por vida, a un estado de “nunca estar lo suficientemente preparados”. Esto ha implicado que el centro del proceso educativo ya no sea la enseñanza, sino que el objetivo fundamental radica en “asumir que la información es crucial para los procesos educativos y productivos”, por lo tanto, el eje está en el desarrollar la capacidad de obtener, manejar y utilizar la información disponible en la perspectiva de generar conocimiento.

Como consecuencia de ello, la escuela, aquel centro privilegiado a partir del cual las sociedades preparan a sus miembros, ha visto cuestionado sus procedimientos. Ya no es posible pensar la educación como antaño. La nueva visión pedagógica, que algunos llaman “pedagogía informacional”, implica adosar al proceso el uso de los nuevos recursos informáticos en todas sus dimensiones, poniendo el acento, en el desarrollo de las habilidades respecto del manejo y utilización de las nuevas tecnologías.

Del mismo modo, se ha puesto, en discusión, los roles de cada uno de los actores involucrados en el proceso educativo. El estudiante ha dejado de ser el ente pasivo que absorbe, repite y reproduce lo aprendido. La nueva realidad lo ha obligado a abandonar el ágora griega y el convento medieval alejándose de la caverna y de los ancianos de la tribu. Hoy el aprendiz se ha transformado en un explorador cibernético que lo obliga a convertirse en su propio maestro.

El profesor, por su parte, ha dejado de ser el maestro que todo lo sabe y que con las características reflejadas en los poemas de Gabriela Mistral, entrega a sus alumnos el conocimiento. Hoy se ha visto obligado a reaprender a adquirir las competencias y exigencias propias de las nuevas realidades sociales, para convertirse en un compañero de ruta de sus alumnos, a los que guía y orienta y que cual Rafael invita a Juan Salvador gaviota a volar, a navegar, a conocer nuevos mundos. A volar, sin conocer otro límite que los que el propio aprendiz se autoimponga.

Esta naciente pedagogía, ha incorporado la tecnología del ordenador y de los sistemas de comunicación como dos nuevos elementos que presionan y condicionan el sistema, transformando la tiza en fibra óptica que transforma en infinito los límites del pizarrón. Así mismo, el aula virtual, poco a poco ha ido desplazando a la sala de clases. Lo que no, necesariamente, supone su reemplazo, sino mas bien, una cohabitación. A modo de ejemplos, hoy las video conferencias hacen posible, participar instantáneamente de clases dictadas al otro lado del mundo. Del mismo modo, el Hipertexto, a diferencia del libro, permite acceder instantáneamente a una mayor cantidad de información. Las nuevas tecnologías, tal como lo señala Castells, han reformulado la idea de espacio y tiempo. Hoy el conocimiento está en todas partes. El aula es el mundo, donde el tiempo de hoy es ayer y mañana.

Enfrentados a esta realidad viene bien preguntarse: ¿quién apretó el botón?, ¿fueron los unos o los otros?, ¿los pasados ausentes o los presentes inmediatos?, o ¿fue quizás el magma histórico, cuya energía se fue acumulando durante toda la historia del hombre?

Vivimos en una época de verdades cuestionadas, de total ausencia de muros que permitan estabilizar la gran mole que hemos construido. El gran discurso y los grandes relatos nos han abandonado, despojándonos también de los sueños que en torno a los cuales se construyeron nuestras realidades.

La insaciable sed por avanzar, por estirar los límites del conocimiento, por traspasar la razón y vivir la adrenalina de los inciertos, han llevado a la especie a una situación de la cual es difícil escapar. Situación que ha agredido lo lineal, lo secuencial, propio de todas las etapas anteriores para, en su esquizofrénico espiral, trastocar la idea de espacio y tiempo, inicio y fin, realidad y sueño.

Con la actual revolución digital, el mundo ha experimentado profundas transformaciones, afectando todas las áreas del desarrollo humano. Los ya antiguos modos de entender la civilidad, el poder y las formas de producción son diametralmente distintas a aquellas sobre las cuales se caracterizaron los periodos anteriores .

Dable es señalar que pese a que en el desarrollo de las nuevas tecnologías se guardaban grandes esperanzas, la realidad demuestra que aún siguen presentes las antiguas contradicciones. Es más, a todas luces parecen haberse acrecentado, sobre todo en lo que respecta a las grandes mayorías, las que permanecen ajenas a todo el desarrollo.

Hoy día lo único que se distribuye es el “riesgo”, y sus consecuencias no afectan sólo a los directamente involucrados, sino que a todos. Hoy asistimos a la construcción de un nuevo tipo de sociedad, construida sobre la caída de los tótemes culturales que sirvieron de soporte al desarrollo cultural de cada pueblo. La nueva cultura basa su desarrollo en lo cibernético, desenraizado absolutamente del pasado y sin un discurso que asegure futuro.

Las transformaciones sociales, productivas, políticas, de esta nueva sociedad son tan profundas que es impensable recomponer situaciones anteriores.

Las nuevas tecnologías han cambiado nuestras formas de vida, y también la forma en que nos concebimos. Esta realidad otorga al elemento tecnológico una definición mucho más amplia que lo meramente técnico ya que su campo de influencia, incluyen también toda la serie de fenómenos culturales y sociales que ha partir de su uso se han legitimado como medio y componente de la articulación de las diversas temáticas que dan forma a las relaciones humanas.

Y así, mientras todas las otras especies del reino, buscan el mantener su hábitat, pese a todos los trastornos que el ser humano ha provocado sobre el medio ambiente y para ello no trepidan en viajar grandes distancias en busca de lugares que le permitan el encuentro y permanencia con sus propias características. Nosotros volvemos a preguntamos ¿Quién posó su dedo en este incierto? Es el hombre y sólo el hombre. El que renunciando a todo, busca la aventura, el desafío constante, sobre y contra si mismo. El dedo tiene las huellas de toda la historia. Es la rueda hoy spirit. Es la lanza hoy la pólvora. Es el fuego hoy energía nuclear. Son los signos hoy idiomas. Es el tambor hoy Internet. Es el libro hoy Hipertexto. Es el Dios que se hizo hombre para convertir al hombre en su propio Dios.

Y ¿Ahora qué? Quizás llegó el tiempo en que estos nuevos Dioses conviertan al Dios en hombre. Virar en 180º y avanzar teniendo al frente nuestro pasado. Sí avanzar, no con la idea de un regreso a las cavernas, sino hacia la búsqueda de la satisfacción de esas otras necesidades humanas que, en esta enloquecida carrera, han quedado truncas. Debemos aprovechar las nuevas tecnologías para incorporar al diálogo a las grandes mayorías, superar la pobreza y el hambre que azota bastos sectores de la población mundial, incorporar al sistema educativo a todos los habitantes del planeta, en definitiva establecer un crecimiento fraterno, que nos ayude a solucionar nuestros pequeños y grandes problemas.

Debemos retornar a la posibilidad de asombrarnos, a disfrutar el sólo hecho de vivir. Debemos poner las nuevas tecnologías al servicio de la especie y no la especie al servicio de la tecnología para, en ese estado, superar las miserias humanas. Cambiar los códigos por estómagos, las estadísticas por nombres. Debemos reapretar el botón con manos limpias, con los dedos de todas las especies. Sólo así estaremos seguros que los nuevos tiempos son para avanzar y no para el exterminio y que la manzana de Adán tuvo algún sentido...

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Equidad y Educacion

Educación dice relación con lo público, por lo tanto, con las políticas sociales que son responsabilidad ineludible del poder político. Esta consideración, nos lleva a plantearnos el entender el espacio educativo, no sólo como un lugar físico de transmisión de conocimientos, sino como aquel estadio donde se construyen significados y se legitiman los saberes; Es el sitio donde se distribuyen los roles sociales por cumplir en directa relación con las oportunidades entregadas. Donde, a decir de Jesús María Redondo Rojo en su documento “La dinámica escolar: de la diferencia a la desigualdad” se naturalizan las desigualdades sociales y desequilibrios sociales de distinto tipo, convirtiéndose en “el lugar de identificación y despliegue de las capacidades subjetivas y sociales”. Esta perspectiva asume educación como un derecho público exigible, por lo tanto, como un elemento del bien común. A decir de John Rawls “Toda persona tiene igual derecho a un régimen plenamente suficiente de libertades básicas iguales, que sea compatible con un régimen similar de libertades para todos”

En nuestro país existe una tendencia a relacionar “Equidad” con “Gratuidad” y a esta última con la posibilidad de “acceso” que permitan eventualmente, cumplir con ciertos objetivos individuales y/o colectivos. Nace así la idea, propia del modelo mercadista, que la “equidad” se resuelve mediante el “acceso”, dejando en manos del mercado el asunto de la “calidad”. Dentro de este planteamiento, no es de extraño que aparezcan lumbreras planteando entregar a las familias “bonos educacionales” con los cuales salga a comprar educación, olvidando que nuestra sociedad sigue siendo altamente clasista y elitista. ¿Qué pasaría si los Machuca de Pudahuel o la Pintana decidieran matricularse en el Grange o en el Saint George usando los bonos propuestos?¿Les alcanzaría? ¿los admitirían?

Entender “Equidad” como un regalo hacia los postergados, es olvidarse del real sentido, aquel que dice relación con lo “justo”, con la humana posibilidad de soñar. Nuestros niños y jóvenes no esperan ni merecen limosnas, sino reales oportunidades de construir sobre la base de su esfuerzo, un futuro mejor.

Voluntad es lo que hace falta, una voluntad sin miedo al que el Dios lucro se despierte y cual gigante egoísta nos encuentre a todos siendo fraternos y derrame su rabia contra nosotros. Necesitamos entender la escuela como el espacio donde se construye el futuro; un futuro donde cada uno contribuya desde sus capacidades, aquellas que logró desarrollar en base a las oportunidades dadas.

Es innegable el esfuerzo desplegado por los últimos gobiernos democráticos en función de saldar la deuda social y avanzar hacia estados más justos. Sin embargo todos los estudios señalan que esto es insuficiente "Los hallazgos confirman que el abismo social y económico entre el sector subsidiario y el sector particular pagado permanece enorme, y se establece además la existencia de divisiones substanciales al interior del sector de opción subvencionado" (Gauri, 96: 111).

Nuestro país y Latinoamérica en general siguen siendo “la región más inequitativa del mundo, con la mayor desigualdad en el reparto de la riqueza” lo que indica que no basta con establecer políticas educativas adecuadas, sino que se hace necesario cambios profundos de orden social y económico. Este análisis coincide con lo planteado en el documento “Desafíos para la educación secundaria en América Latina y el Caribe” del Banco Interamericano de desarrollo, donde pese a señalar que “la educación puede ser un gran nivelador social de la región, dado su potencial para estimular la movilidad y mejorar los logros educativos de una generación a la siguiente, es evidente que Latinoamérica sigue estratificada según divisiones socioeconómicas, raciales y lingüísticas”.

La segmentación social heredad de la Dictadura, nos dejó como herencia una estructura administrativa educativa que a todas luces, muestra la ideología sobre las que se funda y que denotan los antiguos tres tercios: por una parte la educación municipalizada empobrecida y carente de recursos para los más pobres; una subvencionada, donde el estado y los padres aportan para la clase media y una particular pagada que tradicionalmente a contado con los recursos para los sectores acomodados. Esta realidad está íntimamente ligada con los resultados obtenidos a través de las pruebas Simce, donde ha quedado claramente demostrado, que son los colegios pagados quienes obtienen los mejores resultados.

Es importante Considerar también, lo referido a la inequidad existente en el acceso a las tecnologías computacionales. El contar con Internet es hoy por hoy, fundamental para la búsqueda de material, refuerzo escolar y profundización de materias. Aquí también queda representada la gran brecha que existe entre los alumnos que asisten a colegios municipales, subvencionados y particulares pagados. esto pese al esfuerzo desplegado por los gobiernos luego del retorno a la democracia.

Finalmente se ha de tener presente que los estudiantes de hogares humildes que logran salir de la pobreza han demostrado tener comportamientos “resilientes”, lo que nos indica que los esfuerzos en función de establecer reales posibilidades de acceso, no sólo a la escuela, sino también a mejores condiciones de vida, están plenamente justificados. Así, los recursos destinados a mejorar dichas condiciones en términos educativos y sociales tendrán el carácter de inversión fundada en lo justo y no de gasto fundado en el mercado.
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Etica y Educacion

¿Qué es la ética y cómo se relaciona con la labor educativa?

La definición etimológica de ética(del griego ethica) nos indica la relación de los principios o pautas que rigen las conductas humanas, sean ellos producto de la reflexión individual o desarrollados por la sociedad en que se inserta. Del mismo modo estos principios podríamos categorizarlos en aquellos buenos en si mismos como el amor hacia los hijos y aquellos basados en un modelo moral concreto generalmente fundados en creencias religiosas, en la tradición popular o en posturas políticas.

Dentro de lo que es “ético” encontramos distintas posturas desde la que se origina por la simple aceptación de las normas hasta aquella desarrollada y producto del razonamiento.

A mayor claridad presento alguna de estas posturas respecto a la moralidad de los actos

Para Weber, existe una suerte de ética del que ostenta el poder, muy bien ejemplificada por el caudillo político, que establece nuevos principios éticos de acuerdo al momento en que se desarrolla determinada acción, por lo tanto la visión de lo bueno y lo malo está mediatizada por las circunstancias en que ocurre.

A decir del filósofo holandés, Baruch Spinoza, en su libro “Ethica ordine geométrico” señala que “todas las cosas son neutras en el orden moral desde el punto de vista de la eternidad, sólo las necesidades e intereses humanos determinan lo que se considera bueno o malo, el bien y el mal”.


Para Kant, la moralidad de un acto no tiene que ser juzgado por sus consecuencias sino por sus motivaciones. Herbert Spencer la moral es sólo el resultado de algunos hábitos adquiridos por la humanidad a lo largo de la evolución. Para Nietszche finalmente, la conducta moral sólo sería necesaria para los débiles ya que para el fuerte podría actuar como un freno en su camino hacia el Superhombre.

Visto así, concluiremos que no existe una moral única ni una definición ética que nos convoque a todos.Es pertinente, entonces, establecer que lo ético dependerá de los valores individuales sobre los cuales se establece el accionar y las relaciones sociales y que atendido esto, pueden convivir distintas posturas dentro de un mismo medio físico – humano.

La función entonces del educador está en el adherir a ciertas posturas éticas o bien en el asumir la moralidad propia respecto de los temas que están en el terreno de lo socialmente desarrollado.

Consecuentemente con esto, el educador necesita de una “ética” sobre la cual construir su modelo de enseñanza. A decir de Paulo Freire “No es posible pensar a un ser humano lejos siquiera de la ética, mucho menos, fuera de ella .La práctica educativa tiene que ser en sí, testimonio riguroso de decencia y pureza”

Todo lo anterior me invita a plantear la idea de que el hombre y por ende el educador, convive entre dos “éticas”. Por un lado, la “ética social” aquella emanada del tipo de sociedad o grupo en que realiza su diario actuar, generada por los centros de poder, políticos religiosos, etc., a la que por distintas circunstancias se ve obligado a adherir para ser aceptado y de alguna forma gozar de los privilegios y/o promesas que este actuar dará como recompensa (recordemos las tablas de Moisés y como ellas rigieron y rigen a todo el pueblo judeo-cristiano) y por el otro la “Ética del dolor”, aquella que interpela cada uno de nuestros actos, y que se origina a partir del convencimiento intimo, generada a partir de las múltiples experiencias acumuladas, que tiene mayor contacto con lo utópico que con lo real, que en general son fruto del rebelarse, de entender lo inentendible del actuar de los que ostentan el poder, de las inconsecuencias o consecuencias de nuestros líderes y en especial de aquello que nos hace únicos que no es otra cosa que la posibilidad del encuentro con uno mismo.

Es dable, entonces, pensar que todo educador diariamente transita entre estos dos mundos: lo impuesto y lo auto- creado, lo que necesita respetar y lo que respeta por principio. En este ejercicio inevitablemente estará continuamente siendo interpelado, obligado a decidir, viviendo la angustia eterna de los sin poder, de aquellos que sólo son dueños de sus sueños, pero donde sin duda, así confío, ha de primar siempre la vocación y la esperanza de que nuestros alumnos serán capaces de crear un mundo más vivible regido por una ética que se imponga por si misma y que interprete a todos.
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Cuando un amigo se va



Que los amigos son para toda la vida parece ser ya un mito. La agitada vida moderna ha hecho desaparecer el barrio y también las permanencias en territorios antes eternos. Este es el caso de mi pequeño gran amigo Esteban.

No nacimos ni crecimos en el mismo barrio. Tampoco, pese a ser los dos Icaritos, sabíamos de nuestras existencias, difícil saberlo en ese tiempo oscuro. Sin embargo, Nuestra profesión un día nos llevó a anclar en el mismo colegio. Ahí en largas y a veces aburridas pláticas, supimos que algún día correteamos el mismo sueño.

Concordamos que la locura puede ser colectiva en la medida que somos capaces de despojarnos de nuestras caretas. El desde su cruz filosófica y yo desde mi música disonante, soñamos cambiar el mundo, el pequeño mundo en que nos encontrábamos. Nunca sabremos a cuantos logramos contagiar nuestra locura, de lo que si estoy claro que la nuestra, aunque envejecida, sigue intacta.


Chico se que en algún lugar de san Vicente detrás de una gran polvareda, vienes tu montando un pequeño pony blandiendo tu espada adornada con las musas que nunca recordaste. Se también, que sigues con tus eternos dilemas éticos y peléticos y aunque con nuevas lanzas, de seguro te ha de faltar, el yelmo multicolor tejido por las hábiles manos de alguna artesana con el que transitabas los pasillos del colegio. El mismo que yo conservo como recuerdo de aquellos días en que fuimos grandes amigos.



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Sociedad de riesgo

La actual realidad mundial, el desarrollo de la ciencia y la tecnología han provocado una nueva situación. El antiguo riesgo asociado principalmente a la aventura individual cuyas consecuencias eran asumidas por el “osado” y, en el peor de los casos por su entorno inmediato hoy tienen un carácter esencialmente colectivo. A decir De Manfred Max Neef parafraseando al Márquez de Sade, quien en plena revolución Francesa exclamó: “Ya no existe ninguna hermosa muerte individual” del mismo modo, señala “hoy ya no nos queda ningún hermoso problema (riesgo) en particular”.


Pero, ¿Qué es una sociedad de riesgo?. “En nuestra era, la producción social de riqueza viene emparejada con la producción social del riesgo”. Por riesgo social se ha de entender todos aquellos posibles daños provocados por decisiones o acciones específicas en el presente que afecten no sólo lo actual, sino también aquellos futuros.



La globalidad, que a decir de Beck es inevitable, multidimensional, policéntrica, contingente y política, lleva también consigo los riesgos asociados a la producción de riquezas, fenómenos propios de la modernidad avanzada. Esta época, que a decir de Ramonet, está caracterizada por la incertidumbre, el individualismo y por cambios en las instituciones sociales básicas, nos empuja a configurar la construcción de realidad sobre la duda. A su decir estamos en presencia de una época en que “La incertidumbre se ha convertido en la única certeza”.
El desplazamiento de los grandes relatos, de los tótem culturales, han dado paso a una preponderancia de la ciencia y la tecnología olvidando de paso la condición humana del hombre, considerándolo sólo como un ente orgánico más, en términos biológicos, y como un corresponsable en términos de sus consecuencias.
Una sociedad de riesgo es, por tanto, la construcción de un tipo de sociedad cimentada en los inciertos más que en las certezas. En las probabilidades que determinadas acciones generen consecuencias inmanejables en el futuro.
La complejidad de las decisiones en las cuales a diario el concierto mundial se ve involucrado se ve cuestionada por al menos dos elementos. Uno, la imprevisibilidad de los efectos de las decisiones y el segundo la imposibilidad de garantizar que dichos efectos puedan ser efectivamente manejados. Visto así, toda decisión puede propagar daños posibles e impredecibles, generando “efectos Bumerang” incluso a aquellos que lo provocan o que eventualmente consideraban la situación bajo control.
La lluvia ácida provocada por la contaminación del aire, los desastres nucleares como el ocurrido en Chernovil, la contaminación de las aguas a causa de los procesos industriales, la contaminación y extracción indiscriminada de productos marinos, la deforestación en el Amazonas, el recalentamiento de la tierra, el adelgazamiento de la capa de ozono, las enfermedades provocadas por el uso de químicos en la agricultura, etc., son claros ejemplos de cómo decisiones y acciones humanas pueden volverse contra él.
Frente a esta realidad, debemos repensar al hombre. Reconstruir los pilares sobre los cuales construir sociedades. Interpretar las realidades a partir de las necesidades del ser humano como sujeto y no como objeto de desarrollo. A decir de Manfred Max Neef “El mejor proceso de desarrollo no tiene que ver con los indicadores económicos, sino que con aquel que permite una mejor calidad de vida de las personas”. Debemos evitar convertir nuestra sociedad en un extenso laboratorio, donde se aprenda a partir del error, ya que son justamente estos últimos, los que producto de la peligrosidad de los avances en las ciencias podría provocar, ya no sólo una catástrofe, sino que lisa y llanamente, la desaparición de la especie humana y junto con ello las demás especies. Regular, gestionar y controlar el riesgo es la tarea del mundo científico, de los poderes políticos y económicos, y también de las organizaciones sociales.


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GLOBALIZACIÓN, MUNDIALIZACIÓN Y LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Globalización, Mundialización y Sociedad del Conocimiento, son hoy por hoy parte del lenguaje cotidiano. A diario los vemos adornando nuestros noticiarios y en los discursos políticos y económicos de la clase dirigente, los que nos los muestran como "la tierra prometida". Importante es entonces establecer las definiciones propias de esta tríada, las formas en que se relacionan y lo efectivo de sus promesas.


Globalización se asocia principalmente a la internalización y externalización de los mercados de capitales, el comercio, las inversiones y a la circulación de bienes y servicios en los cinco continentes. Esta referencia apunta, en lo fundamental, al rol asumido por los distintos agentes del mercado dentro de la economía mundial y, a partir de ello, de su ingerencia en los asuntos de los distintos países.

Esta suerte de “capitalismo global” impulsado principalmente por la doctrina neoliberal y llevada a cabo por los grandes conglomerados económicos internacionales se ha articulado, principalmente, a partir de la desregularización de los mercados nacionales y del manejo de tecnologías y redes de información que permiten actuar instantáneamente en los distintos puntos del planeta.

Esta situación ha provocado que el “Sueño Americano”, ya no sólo se radique en el país del norte, sino que trasciende a él y lo incorpora al sueño de los muchos países en desarrollo. La globalización ha sabido nutrir su discurso sobre la base de supuestos que plantean grandes soluciones para los grandes problemas que nos aquejan.

Hoy, todos los habitantes del planeta, parecemos pertenecer a una misma nación cuya propia dinámica permite la generación y distribución de riquezas. Pero, todos sabemos, que esto es sólo un sueño y que su diseño obedece a los eternos intereses de los superpoderes de las superpotencias, por ende, lleva también consigo sus propios males y contradicciones.

Mundialización, por su parte, dice relación con elementos de tipo político que tienden hacia un gobierno mundial. A agrupaciones de países organizados en torno a acuerdos multinacionales donde, dable es reconocer, los países más desarrollados imponen sus voluntades, bajo un acomodado sistema ideado y dirigido por las superpotencias.Esta suerte de monopolio político abarca los más diversos ámbitos.

La diversidad, propia de la multiculturalidad de los pueblos, ha dado paso a un predominio unicultural que no trepida, a partir de su influencia, imponer sus propias concepciones sobre el mundo, la sociedad y el hombre. Esta situación ha generado lo que algunos llaman “La americanización del mundo” o “Macdonalización del mundo”, pues su influencia abarca una gran cantidad de esferas del quehacer propio de las distintas comunidades.

Del mismo modo, Occidente y en particular Estados Unidos han establecido omnipotencia sobre los demás estados, lo que ha provocado, para algunos la perdida de identidad y para otros la creación de una cultura global, causada por la supremacía de la cultura anglosajona por sobre las particulares de cada país. Esta situación se ve, claramente reflejado, en elementos como el idioma, la música, las relaciones comerciales, los programas de televisión, los elementos de producción y consumo, etc.

Sociedad del conocimiento, en tanto, suele también asociarse a “sociedad de la información”, sin embargo, esta claro que entre los dos términos existen marcadas diferencias.

Si bien desde siempre el hombre ha sido generador de conocimiento y ha ocupado distintos medios para su comunicación y distribución, es en este último tiempo donde ambas definiciones están siendo utilizadas para definir un tipo de sociedad y de relaciones sociales establecidas a partir del uso, manipulación y procesamiento de la información, como consecuencia de la aparición de Internet, de las nuevas tecnologías de comunicación y de los procesos de mundialización y globalización de la política y la economía.

En la actualidad con la irrupción y desarrollo de nuevas tecnologías de comunicación, se ha configurado un nuevo modo de relaciones sociales, provocando grandes cambios en las más diversas áreas. Es en este estadio, donde la información y el manejo de los medios han pasado a tener gran relevancia. Es así, como la información y el conocimiento generado a partir de ella, se ha transformado en un bien más de consumo y en un articulo que se transa en los mercados, donde los poseedores tienen el privilegio de la supremacía sobre quienes no lo poseen o están más retrasados.

Estos tres conceptos actuantes importantes sobre el presente han provocado a través de sus interrelaciones una nueva concepción de los medios de producción, de las formas de trabajo, de las formas de ver y hacer política, de las relaciones sociales, etc., en definitiva, la generación de un nuevo tipo de sociedad.

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Representaciones sociales de los alumnos con relación a las prácticas docentes


Los distintos artículos, estudios e investigaciones, acerca de “la empatía”, de “la inteligencia emocional” del “curriculum oculto”, y las diferentes interpretaciones desde el punto de vista sociológico y psicológico, por mencionar algunos, nos hacen darnos cuenta de la multiplicidad de fenómenos que están presentes en el área de las relaciones humanas y de su importancia en el ámbito pedagógico.

Aquí, se dan cita una serie de factores que repercuten en las conductas sociales, donde la opinión generada respecto del otro, actúa como facilitador o inhibidor de la comunicación y de los procesos de enseñanza aprendizaje.

Las prácticas docentes, como parte de este medio, no están ajenas a esta realidad. En tanto conducta humana, las hace merecedoras de juicios de valor en correspondencia con las diversidad de interpretaciones que cada individuo o grupo social genera a partir de la práctica observada y las propias convicciones respecto del deber ser. Por lo tanto, son estas mismas particularidades las que ocasionan la posibilidad de establecer distintos juicios de valor a un mismo elemento, en correspondencia con quien las realice y quien las interprete.

En este sentido, es preciso asumir, que cada núcleo social producto de las interacciones que desarrollan sus miembros, establece acuerdos tácitos respecto del “deber ser”, los que ocasionan similitud respecto de las significancias y significados sobre los cuales construyen ciertas verdades, las que no necesariamente, han de ser coincidentes con otros núcleos.

Desde esta postura se puede señalar que las personas, como sujetos sociales, aprehenden los acontecimientos de la vida diaria, las características del ambiente, las informaciones que circulan y las personas que lo habitan. Por lo tanto, es el conocimiento cotidiano, el sentido común o natural adquirido a través de la experiencia de informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que se reciben y transmiten a través de la tradición, de la educación y la comunicación social, lo que incide en la generación de las diversas posturas respecto de las diversas temáticas.

Las opiniones de los alumnos, como parte de este sistema, no están ajenas a este mundo de interpretaciones. Es de común recurrencia los momentos en los cuales, los alumnos, emiten juicios de valor, categorizan y evalúan a la labor docente en base a los elementos propios de sus representaciones respecto del “deber ser” que su núcleo ha establecido como parámetros. Cada una de estas categorías y elementos que participan de ella, tienen su correspondencia en el léxico coloquial establecido entre sus pares, lo cual es propio de su etapa de desarrollo.

De suyo es tener en consideración, que la etapa adolescente se caracteriza por la capacidad de establecer pensamiento abstracto lo cual tiene importantes implicaciones emocionales (Piaget 1951) donde sienten la necesidad de emitir juicios amparados en lo que consideran justo e ideal.

Esta etapa adolescente, es también el momento donde caen los ídolos. Ahora se da cuenta que lo perfecto de antes está lleno de errores. Que la palabra también lleva consigo la duda. Que de cada respuesta nace una nueva pregunta. Que, en definitiva, ha llegado el momento de construir sus propias verdades en relación con los cuestionamientos que también le serán propios.

Los maestros día a día sabemos y constatamos esta realidad, la que nos obliga a pensar cómo nos reciben nuestros educandos, cuánto de nosotros es percibido y recibido por ellos, cómo nos piensan y nos evalúan, en definitiva cuál es la verdad escondida en esta relación siempre moldeada y adornada por el papel que cada uno debe representar.

Identificar las “representaciones sociales”, de los alumnos, respecto de la conducta docente al interior del aula; conocer cuáles son los elementos que los estudiantes tienen en consideración al momento de establecer y emitir sus juicios con relación a las prácticas docentes; escuchar sus planteamientos; sus propias visiones respecto del “deber ser” del profesor; darnos cuenta cómo estas influyen en sus aprendizajes y en la aceptación de asignaturas es fundamental en la perspectiva de generar conocimiento a partir de las representaciones de los propios estudiantes.

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